Estos poros insolentes
que rezuman la esencia que me hace
y que lamo sin remedio porque bien me sabe
quieren hacerse niños
y jugar en toboganes
y tus piernas que lo saben
procuran ese columpio a mi deseo
que baja indiscreto resbalando
desde arriba donde los verbos bellos
solo para dejarme caer
donde ya no es posible el verbo
porque allí falta oxigeno y sobra saliva
y solo encuentra mi boca consuelo
en el atragantado silencio
entonces la feliz pregunta
cómo es posible sentarme tan arriba
después de semejante caída,
estar al mismo tiempo
a los pies del tobogán
y en el cielo…
conoce el paladar la respuesta
pero no quiere decírmela…
Carmen Soriano
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El cielo de tu paladar es mi destierro, el digno lugar elegido por destinos insurrectos para ir a libar como digno colibrí, amo y señor de todos sus secretos armisticios...Uva y miel tus palabras escritas...
ResponderEliminarDe uva y miel que aquí dan lugar a ese vino que se consagra en la misa luego, el moscatel, tomemos para sonreirle a la vida, que sobra vinagre y falta dulce... gracias luz!
ResponderEliminarEn Jauja perece el hombre
ResponderEliminarLa entrega a la desaparición lenta
Entre algodones azucarados y nubes de espuma
Regueros de salitre de torbellinos en púbicos encrespados
La noria gira, te sube, me baja, me sube, te baja
Y lo que fue un tobogán, conviertes en riachuelo
Y mi boca saciarse quiere…hasta la enajenación…
Bsts.Niña Carmén,Mil aspavientos.
Ser niña es la ventaja de poder jugar en los columpios y a conciencia caerse, o subirse, o mecerse y es ventaja aún más amplia, ponerse un traje de poeta y dejar de esta infancia la huella... besos Santiago que aspavientos calmen o aceleren... mil gracias.
ResponderEliminarYa de niña conocia el peligro de bajar en el tobogán a demasiada velocidad, aunque el conocimiento no me privó de dar con mi trasero muchas veces en el suelo. Aprendí a frenar con los pies, sonriendo a la tierra que me esperaba y negándole el placer de mi mal. Demasiada saliva, falta de oxígeno...tal vez sabes lo que te espera abajo y no quieres frenar...somos seres extraños.
ResponderEliminarLos somos Mabel, extraños y como dice el refrán también arrieros, y es cierto... en el camino nos encontramos, gracias por venir! besos.
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