No ha canción bajo el agua
y mientras aclaro el cabello
busco alguna respuesta
la decisión más oportuna
pero resbala por mi cuerpo
como lo hace esta espuma,
sin dudar de dónde vengo
ni quién soy o qué parezco,
dónde voy es como estos dedos
que conocen los caminos
que llegan siempre al mismo sitio,
son otras las cuestiones
que deposito en esta esponja
mucho más tontas
más superfluas
el sabor de tu boca
el color del calor
el final de tu espalda
la última sonrisa
el sonido del deseo
si es hierro o madera
si es lienzo o es pliego
si al despuntar el día
o en la hora de la siesta…
Se enfría el agua
mientras la piel se solivianta
entonces invento respuestas
y exfolio poros, caprichosos
que parecen saberlo todo,
se limpia mi piel y se ensucia el alma
en esta hora que no canto
pero corre como nunca el agua…
Carmen Soriano
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