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martes, 31 de mayo de 2011

Salvaguardia


Evaporar el miedo por el extremo
de un pelo de origen incierto
o enrollar en pergaminos de hilo
las babas sobrantes del recuerdo…
Ahogar en un beso sin tiempo
aquel minuto donde hubo sangre
o encorchar el cuello de la botella
que contiene nuestra prisa eterna…
Encalar de tus bondades mi fachada
para traerla blanqueada a la vida
o envolver tu irrealidad en mis fluidos
y dejarla allí cedida para el olvido…
Son sólo salidas posibles amor
para entradas tan acertadas
porque a veces es un revolcón sólo eso
y otras
es el último acto de fe humana
la última verdad no dudada
la prótesis de libertad amputada
o
ah…
    no sé amor…
    sintiendo así…
    no puedo pensar…
    sólo sé que lo es todo...
   cuando me ataca la nada de este modo…

Carmen Soriano
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domingo, 29 de mayo de 2011

La memoria de las mesas



De madera,
con dos cajones y cuatro ruedas
con el brillo opaco que deja el tiempo
y el polvo que todo torna homogéneo
una mesa, pequeña, la más discreta
calla sus secretos desde hace años
en ese silencioso cementerio
apilada junto a otras tantas
que no soñaron con tener su historia
ni de lejos, porque no fueron…
ni será ninguna otra…
Las otras mesas muertas ignoran
la razón del moho que allí vive
debajo de su tabla
y que un día fue pura vida
peligrosamente derramada
por la pasión de un jefe ya gastado
y su insolvente secretaria…
Entre agendas, faxes y cuadernos,
órdenes nerviosamente programadas
que no llegaban nunca a la bandeja
pues debajo de aquella mesa
no era ella secretaria
era sólo voz y viento
gruta sedienta
agua…
Se atrasaban las tareas y la paga
porque de aquel amor por su jefe
no encontraba mejor salario
que unos restos tibios de escarcha
dibujando formas en el dorso de aquella tabla
que sobre su cabeza del resto la ocultaba
pero del resto, a ella, todo se lo enseñaba…
Ahora que ya no están ni él ni ella
porque el uno al otro se olvidaron
sólo aquella mesa conserva el misterio
de  un amor que parecía como todos
pero sin serlo
fue algo tan bello
que no ha podido enterrarse con la mesa
la insondable magia de aquellos besos
ni la ganancia de aquella empresa
que sólo supo obtener ingresos
del amor que tenía por su jefe
aquella insolvente secretaria
y sus entregas bajo la mesa…

Carmen Soriano
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viernes, 27 de mayo de 2011

Estancias



Tres menos cuarto de la madrugada
cuatro piernas
cuatro manos
dos miradas
un cerebro
y ni una sola razón para estar en aquella explanada
varios pinos avergonzados
algunos restos de vidrios rotos por el suelo
restos de otras visitas
tal vez con más motivo
o tal vez no…
Sólo estar allí
estar
por estar en algún sitio
estar por no estar en otro lado
o porque así se respira mejor
más deprisa o más profundo
porque la densidad del aire cambia
dentro de esos vehículos
entre el volante y la palanca
que no cambia nunca ninguna marcha
pero igualmente se acelera algo
nadie le preguntó… pero diría
sí,
grabó sus letras sobre la piel
que de tanto roce clareaba
en aquella manía de alcanzar el alba
más rellena y más desecha
estando, sin estar…
y volver preguntando al sol siempre lo mismo
¿por qué son los coches tan estrechos
cuando sobra tanta rabia?

Carmen Soriano
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Orando



Amar de rodillas
que es lo mismo que vivir de pie
y libremente
voluntariamente
agacharse
solo ese instante
para ver el mundo en otra perspectiva
para sentirse vivo en todas partes
para saber cómo se quiere o no se quiere
yo de rodillas
tú de pie
para que me cuentes cómo se ve
de qué color es la tinta
y si fueron páginas o días
de rodillas para ser más alta
para crecer
solamente
una vez, o dos, o tres
hay mil formas de amar
solo esta es sagrada…

Carmen Soriano
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miércoles, 25 de mayo de 2011

Purgando



Me voy
ahora vuelvo
tal vez,
voy a vomitarme entera
a dejar alguna víscera
que ahora sola me envenena
este asco de mi misma
esta rabia traicionera
asco de ser
solo eso
asco
de no ser
asco
de no poder ser
asco
descontrol que me lleva
de tanto control y peso
asco de ser buena
asco de ser peor que eso
asco
por apartar algodones para comer piedras
asco
de mi
tal vez en una arcada eterna
consiga darme la vuelta
y ser como es el resto
asquerosamente homogéneo
de invalidada sinceridad
de mala fe rellenos
muertos sin asco
este
que ahora
me aleja…
Mañana espérame con el té
o con una cerveza
lo bueno del vómito es que vacía
y queda espacio luego para la cena…

Carmen Soriano
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Sin más con menos...


Ahora que sabes todo
o así lo parece
ponme nombre
vamos
vamos
que espero
agárrame del pelo
dime dos mentiras
y luego lánzame al suelo
a buscar verdades
o a sentir el vértigo.
Di mi nombre en voz alta
mientras mi boca se baja
y se esconden las meigas
que no quieren saber
de queimadas sin calderos
si en este cuenco de mi pecho
quemaré todos los sortilegios
mientras repites mi nombre
para que quede pegado en el techo
que no habrás de olvidarlo nunca
por más que me cambie de lecho…

Carmen Soriano
Todos los derechos reservados

Música



El sonido de la vida
el verdadero
del que escapa la muerte
porque le sobra vergüenza
ese sonido solo tú extraes
cuando haces pasar el aire
por donde nunca lo hace
y lo devuelve el cuerpo a tu ritmo
el que marca tu baile
y oír esa queja
me eleva mientras la piel arde
que no hay melodía mayor
ni sinfonía más pequeña
que ese crujido del aire
que de mi cuerpo sale
cuando así entras salvaje
y vengan luego Mozart y Wagner
a contarme de notas
y de arte...

Carmen Soriano
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