Mientras te espero
en esta soledad olvidada
casi irreconocible
soy yo la que llego
dejo en el porche la mochila
tiene hoy dentro
lo mismo que tenía
un millón de sueños
veinte heridas
y dos te quieros
Entro al salón y me encuentro
estoy sentada en tu asiento
algo más vieja y más ajada
me saludo y me doy un beso
que me devuelvo con angustia
me siento a mi lado
me toco
irrespetando tus espacios
los surcos que tus dedos dejaron
tanto tiempo después de empezarlo
¿seré yo quien deba acabarlo?...
pero no sé besarme como tú
no me complazco fuera del engaño
un par de gotas si acaso
que nada calan, nada mojan
y yo conmigo
algo tensa y enfadada
llego a ningún sitio
donde también me hallo esperando
lloro entonces esta falta
mientras la mochila me mira
me voy hasta que vuelvas
dejo a esa otra en el sofá
esperando
mientras se seca de dentro a fuera
tal vez venga mañana
a tocarme de nuevo
no digan luego tus ojos
que fue la falta de riego
lo que marchitó a destiempo
la amada flor del almendro...
Carmen Soriano
Todos los derechos reservados
la amada flor del almendro...
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