Etiquetas

jueves, 30 de junio de 2011

El frío del almendro


Mientras te espero
en esta soledad olvidada
casi irreconocible
soy yo la que llego
dejo en el porche la mochila
tiene hoy dentro
lo mismo que tenía
un millón de sueños
veinte heridas
y dos te quieros
Entro al salón y me encuentro
estoy sentada en tu asiento
algo más vieja y más ajada
me saludo y me doy un beso
que me devuelvo con angustia
me siento a mi lado
me toco
irrespetando tus espacios
los surcos que tus dedos dejaron
tanto tiempo después de empezarlo
¿seré yo quien deba acabarlo?...
pero no sé besarme como tú
no me complazco fuera del engaño
un par de gotas si acaso
que nada calan, nada mojan
y yo conmigo
algo tensa y enfadada
llego a ningún sitio
donde también me hallo esperando
lloro entonces esta falta
mientras la mochila me mira
me voy hasta que vuelvas
dejo a esa otra en el sofá
esperando
mientras se seca de dentro a fuera
tal vez venga mañana
a tocarme de nuevo
no digan luego tus ojos
que fue la falta de riego
lo que marchitó a destiempo
la amada flor del almendro...

Carmen Soriano
Todos los derechos reservados

10 comentarios:

  1. No tener cerca a la persona que más quieres en el mundo, te hace querer ser otra persona; otra que no sienta esa ausencia, esa que no viva ninguna alegría sino puede ser compartida... Volvereís juntos a colocar las cosas guardadas en la mochila, cada una en su lugar ocupando los huecos que ahora parecen sin fondo. Un millón de besos. Te quiero.

    ResponderEliminar
  2. Llegas a muchos sitios donde los espacios no pueden ser irrespetados, sino más bien agradecidos.

    ResponderEliminar
  3. Sabes Mara del dolor de la ausencia... y de todo cuanto va unido al sentimiento, mil gracias mi bella... te quiero.

    ResponderEliminar
  4. Gracias Marco, para llegadas la tuya que siempre me honra y me alegra, besos agradecidos...

    ResponderEliminar
  5. Carmen, no dejas de maravillarme, (¡ya se te está volviendo costumbre, Maja!). Estos desdoblamientos me hacen sentirme en todos lados, mirarme con recelo allí donde me encuentro esperando a Elianne, siempre esperándola, siempre sabiendo que no vendrá, pero cuidando mi apariencia para Ella, roto por dentro, pero por fuera bastante bien enmascarado. Es un poema delirante, tiene el sabor de la nostalgia, pero con un condimento de esperanza que lo hace genial, fuera de serie.
    (SOY Cristián)

    ResponderEliminar
  6. Hoy me refundo en tu retrato, certero, manso, egregio por lo próximo, también vil por lo negado y próspero...Afanoso dejo este diezmo extemporáneo, pero te digo groso , que es un retrato inacabado...Gracias Carmen, decir de más es hasta odioso...Pero ni juzgo nada ni relaciono algo por mediano, más o menos, sólo me callo pera decirle algo a tu retrato cuando te vea luz de carne y hueso...Abrazos reina...

    ResponderEliminar
  7. De tu sonrisa inconfundible Cj uso hilos para tricotar mis más simpáticas horas, besos.

    ResponderEliminar
  8. Déjote pasar el tiempo Cristián, te permito espacio pero cada vez menos, estira ese sentimiento hasta que se haga llano, no más que andenes más o menos llenos, eso somos, los demás son solo pasajeros... besos querido y mil gracias.

    ResponderEliminar
  9. Todos tuyos Restrepo los abrazos y retratos, son tareas iguales a veces, las de acabar e iniciar algo, sabe de ello tanto el frío como el ardor del verano, mil gracias lindo.

    ResponderEliminar